Los dólares sobran en Argentina, ¿por qué siempre queremos más? 💸
Cayó un árabe a Buenos Aires y le traté de explicar por qué tenemos 25 precios distintos para el dólar.
Hace unos días Joe HaTTab, un influencer que estaba de visita en Buenos Aires, me contactó porque quería entender por qué había gente gritando “cambio, dólar, cambio” en la calle Florida, y por qué nadie le podía decir un número concreto cuando preguntaba por el precio del dólar. Lo recibí con el equipo y le dije lo siguiente, a ver qué te parece.
En general, Joe, para lo único que una persona quisiera tener una moneda extranjera en el bolsillo es para poder comprar bienes y servicios en otro país. Por ejemplo, si yo voy a Jordania, de donde es tu familia, tendría que cambiar pesos argentinos por dinares jordanos (480 pesos = 1 dólar = 1,4 dinares), con los que puedo comprarme un rico mansaf (que es el plato típico de allá, según lo que me dijo). Si voy a Brasil o a Francia pasa lo mismo, para comprarme una caipiriña o un cruasán necesito reales o euros.
En el caso del comercio exterior, lo más común para cambiar monedas es usar un intermediario global, que es el dólar. Un exportador que vende bienes o servicios al exterior recibe dólares, pero para transaccionar dentro de su país necesita la moneda local. Un importador que compra bienes y servicios del exterior necesita cambiar moneda local por dólares para pagarle al proveedor. En resumen, se usa el dólar sólo para pasar de una moneda a otra, y así poder transaccionar.
Para ahorrar, en cambio, los países usan su propia moneda, pero en Argentina no lo hacemos por la inflación: si quisiste ahorrar el mes pasado (abril) en pesos, perdiste porque la inflación fue de 8,4% mientras que la tasa de un plazo fijo no llegó ni al 7%. Y el dólar libre aumentó más de un 20%. Es por eso, Joe, que tenés 45 millones de argentinos/as que si pueden ahorrar lo hacen en dólares. Como en cualquier mercado, si la demanda de dólares aumenta el precio también lo hace. Y si la gente quiere mantener su capacidad de ahorro, ajusta para arriba el precio de los bienes y servicios que vende. Esta es la razón del acople cada vez más fuerte entre la inflación y el precio del dólar.
¡Si nos faltan dólares entonces hay que exportar más o importar menos, para que así alcancen! No. Porque si uno mira las estadísticas de la “entrada” de dólares de los últimos años, las exportaciones pasaron de USD 60 mil millones en 2019 a USD 90 mil millones en 2022, pero los dólares siguen sin “alcanzar”. Es que no importa cuántos dólares entren, siempre vamos a querer más, porque quedarnos en pesos es perder contra la inflación.
“¿Y el gobierno qué hace?”, me preguntó Joe. Para tratar de impedir que el precio del dólar aumente, y la inflación también, el gobierno limitó la cantidad de dólares que se pueden comprar. A la cotización oficial (más impuestos) sólo se pueden comprar 200 dólares para ahorrar, es el dólar solidario. Pero la gente siempre quiere más, le dije a mi amigo árabe, entonces se creó un mercado paralelo de gente que compra y vende dólares a un precio distinto, que son los vendedores que conociste en la calle Florida. Si gastás con tarjeta, hasta 300 dólares te toman a la cotización del solidario, arriba de eso aparece la cotización del dólar qatar. Ahí ya lo empecé a marear a Joe, así que sólo le nombré los 25 precios distintos del dólar, todos producto de “arreglos” del gobierno para que a quienes quieran comprar dólares les resulte menos atractivo hacerlo (solidario, qatar, coldplay, MEP/CCL) y, viceversa, para que a quienes quieran venderlos les resulte más atractivo (soja, malbec).
Por suerte, a Joe no le tuve que explicar demasiado por qué es que la inflación se aceleró en un primer momento, ya que estuvo en países como Venezuela y Zimbaue, donde la emisión descontrolada para financiar el gasto público provocó hiperinflaciones. Sí le mostré mi post anterior, para que vea en qué gasta nuestro Estado y por qué imprime dinero para financiarse.
Después me preguntó si la población estaba pidiendo que se limite el gasto y le conté que en realidad empezó a correr la idea de que la dolarización era la manera de salir de esta situación de alta inflación. Le sorprendió mucho porque en Zimbaue, donde grabó el video que puse arriba, también quisieron adoptar otra moneda “fuerte”: el rand sudafricano. Pero fracasó porque el gobierno siguió gastando por encima de lo que recauda y finalmente tuvo que volver a emitir para financiarse. Que es el problema con pensar que la dolarización evita que en el futuro volvamos a tener un déficit que se financie, primero con deuda, y luego directamente que se paguen salarios no con dólares, como todos los que piensan que dolarizar estaría bien, sino con cuasi-monedas del Estado, porque se volvió a quedar sin plata.
Antes de irse me dijo “¿por qué es tan difícil de entenderlo?”. Nos sacamos una foto (de izquierda a derecha: el productor argentino que acompañaba a Joe; Joe Hattab; yo; la cordobesa) y se fue rajando que quería visitar el Teatro Colón. Cuando me pase el documental de su visita les aviso!
Ladridos significativos!
🐶
PD. El lunes prendimos la cámara con Rosendo, otro influencer, para hablar de la economía argentina. Miralo y después contame qué te pareció.