Inflación descontrolada "Ojo, que se puede ir todo a la mierd#" 💣️
El Estado argentino gasta más de lo que recauda y eso le pone mucha presión a la economía. Hay que bajar el gasto pero estamos en un momento socialmente delicado. ¿Entonces?, vení que te cuento...
La inflación de marzo fue de 7,7% mensual, eso es 1,9% semanal, y en lo que va de abril las mediciones semanales muestran que estamos superando el 2% semanal. Si se mantiene esta velocidad, en menos de 9 meses todos los precios se van a duplicar. O sea, la birra que hoy sale $800, a fin de año costará más de $1.600. Y si el dólar se actualiza igual que la inflación, la navidad del 2023 nos agarrará con el blue cercano a los $1.000. "Ojo, que se puede ir todo a la mierd#".
La macroeconomía argentina está desequilibrada porque el Estado argentino “no llega a fin de mes”. Gasta más de lo que recauda, o sea tiene déficit fiscal, y la diferencia la cubre tomando deuda y/o emitiendo. Tenemos déficit porque el gasto creció de manera vertiginosa: casi se duplicó entre 2003 y 2023. Y si bien la recaudación via impuestos aumentó, no pudo seguir el ritmo de tamaña aceleración. Ningún país vecino mostró una aceleración tan importante en los últimos años, y sólo Brasil y Bolivia tienen hoy en día un nivel de gasto similar al de la Argentina, mientras que Uruguay, Chile y Paraguay están bastante por debajo.
El nivel actual del gasto ya no se puede sostener, hay que bajarlo para que al menos dejemos de tener déficit. Ahora, ¿por dónde empezar? Por un lado, cualquier cambio en el régimen previsional, o sea en el gasto en jubilaciones y pensiones (41% del total), requiere de una discusión que es extensa por la complejidad que tiene. Por otro, los gastos de funcionamiento (16% del total), que en su mayoría son sueldos para sostener las funciones básicas del Estado - seguridad, salud, educación, etc. - son los apuntados para recortar en lo discursivo, pero que tiene límites en la práctica. Si pensamos en los más vulnerables, con el 40% de la población por debajo de la línea de pobreza, el gasto social (14% del total) es de los más delicados, que no quita que haya margen para priorizar a quienes más necesitan la ayuda y eliminar cualquier intermediación.
¿Qué es lo que queda? Los subsidios económicos. En términos de equidad, ya se probó que son pro-rico, es decir, favorecen más a los que mejor están en términos de ingresos. Mientras que en términos de eficiencia son altamente distorsivos, es decir, que no incentivan el ahorro y terminan ocultando una realidad que es palpable en el resto del mundo: la energía no es “barata”. Cuando hablamos de subsidios económicos estamos hablando de la diferencia que hay entre el costo de generar o proveer electricidad, gas de red/garrafa y agua, y el precio que pagamos los consumidores. Diferencia que la cubre el Estado. Desde el 2002 que no pagamos la totalidad de lo que en realidad cuestan los servicios: más de dos décadas de atraso tarifario.
En el caso de la electricidad, en el 2022 en promedio pagamos solamente el 39% de lo que cuesta generarla, en gas un poco menos. A todo esto, ¿cómo se genera la electricidad? Respuesta corta: quemando combustible. El año pasado el 52% se generó por turbinas que funcionan a gas natural y el 12% quemando otros combustibles como gasoil o fueloil. El resto viene de otras fuentes, como la hidroeléctrica (17%), renovables (12%) y la nuclear (7%).
En invierno nos falta gas, por eso lo importamos. Entre junio y agosto el gas natural local se destina a los hogares e industrias, y el faltante que se necesita para generar electricidad se compra de afuera: es el GNL (Gas Natural Licuado) que viene en barcos hasta los puertos de Escobar y Bahía Blanca. Pero pará, ¿y el gas de Vaca Muerta no alcanza? Sí, alcanza, pero hay que transportarlo desde Neuquén hasta los grandes centros urbanos (PBA, Córdoba, etc). Para eso se necesita construir un nuevo gasoducto, que es como añadir un carril a una avenida para que circulen más autos, en este caso más gas.
Hay un mito que circula mucho que quisiera precisar: “el interior paga más cara la factura de luz que los porteños, porque están más subsidiados”. Es verdad que en el interior se paga más cara la luz, pero no tiene nada que ver con diferencias en los subsidios. Un bonaerense tiene el mismo subsidio mayorista a la electricidad que un cordobés, un santafesino o un tucumano. Las diferencias en las facturas, que son importantes, se explican por el denominado VAD, que es el precio minorista que cobra la distribuidora de cada provincia.
Pensemos por un momento que la luz es como una coca. El kioskero compra la coca que te vende en el obelisco en el mayorista de once. Obviamente, le agrega un recargo, que es su ganancia, por llevarte la coca desde once hasta la parada del bondi. De la misma manera Edenor y Edesur, que son distribuidoras, nos venden la electricidad que le compran al mayorista, CAMMESA. El Estado le transfiere la plata de los subsidios al mayorista para que le venda la electricidad al minorista más barata de lo que vale. Seguro te suenan estos nombres, o capaz no, pero lo importante es entender que las diferencias entre las facturas de las provincias se debe a que las distribuidoras, como por ejemplo EPEC en Córdoba, EPE en Santa Fe, EDET en Tucumán (que son el equivalente a Edenor y Edesur) cobran distintos montos para proveerte de electricidad.
Ahora que aprendimos algo de los subsidios, volvamos a la reflexión inicial. El Estado Nacional no llega a fin de mes, entre otras cosas, porque nos paga buena parte de la boleta de electricidad y gas de red. El déficit obliga al Estado a tomar deuda y/o emitir, que conlleva devaluación e inflación. Lo barato sale caro, dijo nadie nunca. Si no empezamos cuanto antes a bajar el gasto, efectivamente puede irse todo a la mierd#.
Bueno, hasta acá lo mínimo y necesario para entender la macro (bendita sea!) del país. Te anticipo de lo que voy a charlar en el próximo Panorama Económico (viernes 5 de mayo): dolarización. Uno de los principales candidatos a presidente lo propone, pero ¿es viable?. Dolarizar hoy fijaría un tipo de cambio de $10.000 o más. Sí, 10 honeros por un dólar, como para empezar a hablar. Lo charlamos la próxima (anotate acá para que te llegue el link de zoom):
Ladridos significativos!
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PD. En general estoy muy encima de las noticias que son relevantes para entender la coyuntura económica, pero el resto de las noticias “normales” dejo que me las cuenten dos amigos muy divertidos (Juanma y Membri), que todos los viernes hacen un gran resumen de las notis de la semana: #QuéSemanita! Recomiendo.